La moda rápida
La industria textil es la tercera más contaminante del planeta, la
compra de ropa y su uso, conlleva alrededor del 3% de emisiones de CO2
de la producción de todo el mundo. Se incluye todo el ciclo de vida:
fabricación, lavado, secado…
El principal culpable de esto es
el concepto "moda rápida", impulsado por las grandes empresas. Esto
consiste en elaborar prendas de forma masiva a bajo coste. Para ello,
no tienen en cuenta las consecuencias medioambientales ni los derechos
humanos. Para obtener mayores beneficios, impulsan que se vayan
cambiando las modas constantemente, para presionar a los consumidores a
renovar cada poco su armario.China es el gran productor de ropa y, por tanto, de CO2 del sector textil. Pero por supuesto, esto viene apoyado por el consumo y la demanda que viene de occidente: por orden, los mayores movimientos de CO2 van de China a Europa, China a Japón y China a Norteamérica. Por lo tanto, nosotros como consumidores tenemos una gran responsabilidad en estos datos.
¿Qué podemos hacer nosotros como consumidores?
Debemos tratar de conservar la ropa más tiempo en lugar de renovarla cada año. Si ya no nos sirve pero está en buen estado, podemos donarla. En caso de ya no servir, podríamos reutilizarla o reciclarla. Aquí algunas ideas para reciclar prendas de ropa:
Las camisetas, sin necesidad de coger aguja e hilo, nos serán útiles como fundas para los sillones del coche, para la silla de estudio o, entre otros muchos usos, como trapos de limpieza, sobre todo si son de algodón. Si tenemos un pila de camisetas y nos atrevemos con el patchwork, podemos hacer una colcha de lo más original, aprovechando la parte del estampado. será una colcha llena de vida y de recuerdos...
Los retales (podemos convertir la ropa vieja en retales) son ideales para hacer proyectos sencillos y vistosos, como cortinas, bolsas del pan, manteles, almohadones, colchas, forrar sillas o incluso sillones, carpetas, cajas, libros, lapiceros y hasta los mismos lápices...
El truco de almohadillarlo es sencillísimo de aplicar: simplemente hemos de colocar espuma o una fina capa de corcho para lograr el efecto, forrando luego normalmente, sin más complicaciones. Quedará genial en libretas, diarios, libros e incluso en taburetes, en cuyo caso en lugar de espuma un almohadón nos permitiría conseguir un efecto mullido muy confortable a la hora de sentarnos.
Y, ya puestos a ello, la misma técnica del almohadillado puede ser un primer paso para hacer un muñeco o juguete con formas sencillas.
En conclusión, debemos ser más conscientes del daño que causan nuestras acciones del día a día y todo lo que podemos hacer por evitar tanto daño al medio ambiente.
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