Cuáles son los desperdicios más difíciles de reciclar
Puesto
que los seres humanos desechamos cada vez más residuos al medio, ha
sido necesario comenzar planes de reciclaje en puntos ecológicos, para
buscar así su reutilización. Esto es posible con productos como el
cartón, el papel o el vidrio, pero aún existen gran cantidad de
desperdicios y desechos que resultan difíciles de reciclar y otros
muchos realmente no se pueden reciclar, e incluso son complicados de
reutilizar.
Bolsas de plástico
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que en el mundo son utilizadas unos 500 mil millones de bolsas de plástico diariamente.
El uso de estas bolsas se generalizó en 1970 y poseen un tiempo medio
de uso de uno 12 minutos, sin embargo, tienen un gran impacto para el
medio ambiente: la misma ONU la propone como la causa de la muerte anual
de un millón de aves y 100.000 mamíferos marinos.
España
ya ha tomado algunas medidas para reducir el uso de estos plásticos de
un solo uso por medio de medidas como su cobro o el uso de hasta el 50%
de material biodegradable en su composición para 2020 y el 65% para
2025.
Las cápsulas de café son desechos muy difíciles de reciclar
Un
problema de estas cápsulas de café es que al no poder separarse del
producto que contienen, no es posible considerarlas un envase y tirarlas
al contenedor amarillo. Las distintas marcas y entidades privadas ya
están tomando medidas, tanto de recogida como de reutilización de las cápsulas de café.
Por
ejemplo, en España cuenta con cerca de 150 puntos de reciclaje para
estas cápsulas, aunque aún tiene mucho camino por recorrer, puesto que
según la OCU hasta el 73% de los consumidores tira estas cápsulas de café a la basura.
Toallitas, pañales y compresas
Estos son productos cuya composición hace que sean muy contaminantes y difíciles de reciclar. Según cifras de la OCU, un bebe puede utilizar hasta 6.000 pañales en dos años.
Actualmente, ya se ha inaugurado en Italia una planta industrial que es capaz de reciclar la totalidad de estos productos absorbentes.
Sin embargo, la mayoría de estos productos aún no son reciclados, dado
que la tecnología necesaria aún está en expansión. De todos modos, hay
que opta por usar compresas y pañales de tela, pues son reutilizables.
Bombillas, unos residuos difíciles de reciclar
El proceso de reciclado de las bombillas es
muy complejo, puesto que cada una se recicla de una forma diferente y
algunas no pueden ser recicladas. La normativa que controla la gestión
de este tipo de residuos aún no incluye las incandescentes ni las
halógenas, solo las fluorescentes y LEDs.
A
la hora de desecharlas, cada tipo de bombilla debe reciclarse de forma
diferente, ya que tienen materiales distintos. Una alternativa en
aquellas no reciclables es reutilizar las bombillas y usar la creatividad para transformarlas en macetas, adornos o jarrones.
Envases tipo tetrabricks
Algunos productos de consumo habitual vienen envasados con una mezcla de materiales que hace difícil su separación y reciclado.
Un ejemplo son el tetrabrick de
cartón o los plásticos de poliestileno y aluminio usados para alimentos
líquidos y refrigerados. El reciclaje de estos materiales es posible
realizarlo en plantas que cuenten con la tecnología necesaria y con un
elevado coste, debido a que se deben separar sus componentes.
Aceite
La fundación Aquae calcula que 1 litro de aceite puede contaminar 1.000 litros de agua.
Además, la grasa que poseen puede provocar atascos de tuberías y
canalizaciones, y cuando llega a ríos y mares, crea una película
superficial que afecta a los seres vivos que en él habitan.
Por lo tanto, debido a su gran impacto en el medio ambiente, es fundamental el reciclaje del aceite y, por eso, se deben utilizar los puntos limpios y los contenedores urbanos.
Medicamentos y chicles
El caso de los medicamentos es
parecido al del aceite, por ejemplo, arrojarlos al desagüe contamina la
flora y fauna de ríos y océanos. Por eso, se deben llevar los
medicamentos caducados a la farmacia o al punto limpio.
Los chicles son
otro producto altamente contaminante, ya que al estar hecho de goma, su
proceso de degradación es complejo y tarda años. Los chicles se deben
desechar al contenedor general y no al amarillo. Actualmente, hay alguna
iniciativa de reciclaje y reutilización de estos productos, como
contenedores hechos precisamente de chicles o su transformación hasta en
suelas de zapatos.
Juguetes, discos y vinilos
Es
habitual pensar que los juguetes están hechos de plásticos y
desecharlos en el contenedor amarillo, pero este es solo para envases.
Camiones de juguete, muñecas o coches teledirigidos están hechos con
diferentes materiales y deben desecharse en el punto limpio.
Aunque una opción mejor para aquellos juguetes en buen estado es
regalarlos o donarlos a organizaciones que los acerquen a otros niños.
En el caso de los CD, discos y vinilos sucede igual que con los juguetes y,
aunque estén hechos de plástico, no se deben desechar en el contenedor
amarillo, sino que lo más recomendable es llevarlos al punto limpio.
También se les puede dar una segunda vida útil y utilizar la imaginación
antes de arrojarlos a la basura
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